De yo

Mi foto
Uamera, chilanga, hostil, emocionalmente inestable, buscadora de ilusiones, cursi a veces...

viernes, julio 31, 2009

Tal vez sí, tal vez soy tema principal de la agenda (para ti).

Pero aunque sea así, no es del todo como me lo imagino.

A eso me refiero cuando escribo que tengo problemas porque la gente no piensa como yo.

Por basarme en los hechos y no en otras cosas.

Porque me caga extrañarte y todo el trimestre hice lo posible por no pensar en las vacaciones y en que tenía que ir allá y alejarme de ti y pensar que podías ir conmigo y luego la posibilidad de que tú salieras con tu familia fue lo que rompió totalmente el hilo de todo.

Por eso escribí lo de las vacaciones, porque para mí incluirte es mucho más fácil siempre.

Porque siempre lo ha sido.

Y porque ahora decidí incluirte a ti porque te lo has ganado.

Pero no me incluyes del mismo modo y no tienes que hacerlo y tampoco tienes que saber que no tienen que ser así las cosas o tal vez yo tendría que agarrar la onda y pensar que si no lo haces es por algo.

Pero eres hombre, y eres libra (ya sabes que esto lo digo MEDIO en broma).

Y tal vez no se te ocurre que no tiene que ser así y que hay alternativas.

Pero tal vez no.

Y dije que no daría explicaciones al post anterior pero las mariposas y la sonrisa al leer y el ceño fruncido al reflexionar me obligan.

Y yo sé que son muchas las vacaciones y que no estarás lejos siempre, pero yo no quiero extrañarte ni un día.

Ni un día más, quiero decir.

Porque cada día que no te veo se le hace una grietita a mi corazoncito (ñimi ñimi), y no estoy dispuesta a hacerlo más. Nopi. Ni un día más.

Te quiero, eso no lo dudes, y aquí voy a estar. Tal vez no eternamente pero sí un rato.

Y si mañana o el lunes y el resto de los días de este trimestre me ves rara, pues te aguantas, porque no te quiero extrañar estas vacaciones y para eso tengo que alejarme un poco de ti.

Y si no te parece pues tejones porque no hay liebres porque no pienso cambiar de opinión.

Y no fue la hoja no pagada el tema de mi post. Por cierto. Eso fue lo de menos.

Porque no quiero que seas mi tema principal en la agenda.

Porque también lo eres y no es justo.

Porque ya he extrañado lo suficiente y aprendí que no me lleva a ningún lugar. Porque simplemente no quiero extrañarte, aunque un día dije que era sano, hoy me desdigo: ya lo pensé mejor, y la neta no y no quiero hacerlo, y sé que algunas veces no me salvaré de hacerlo. Pero ahora que puedo decir ya basta y bloquear el extrañamiento, lo haré.

Y no espero que lo entiendas ni que hagas lo mismo. De hecho ni sé para qué escribo esto, pa que lo leas nel, porque preferiría que no lo hicieras. Pero lo harás y tal vez las cosas sean nefastas.

Pero te quiero. Y tengo sueño. Y quisiera que estuvieras aquí para abrazarme y contarme un cuento mientras me quedo dormida. Y eso lo quiero todos los días y todas las noches.

Porque además revuelves mis pensamientos (ya de por sí) erráticos y olvido lo que venía pensando en el camino a casa, que además quedaba perfecto para el título del post.

miércoles, julio 29, 2009

"rosca"

SÓLO YO SÉ LO IMPORTANTE QUE ERES PARA MÍ (para bien o para mal)

me gusta la palabra rosca y sus derivados
como enroscar
así que si hay alguna duda y se piden explicaciones o argumentos, yo sencillamente aplicaré el verbo antes mencionado. ésta no soy yo y lo que escribí no tiene nada que ver contigo.




ah pues el otro día me anduve desmintiendo. con hechos, además.
resulta que siempre sí soy rencorosa. creo que yo era la única que pensaba lo contrario.
desde que era chiquita, como cuando mi ma me encargó con mi abue por unos días no sé por qué, y cuando volvió abrió los brazos para recibirme, yo pasé de largo sin pelarla, así soy, qué le vamos a hacer.
me pregunto qué otras cosas seré. aparte de celosa, por cierto.
y lo que me pesa es la carga sentimental que llevo a todos lados, en todas mis relaciones, nuevas, pasadas y presentes. y pues supongo que tampoco de eso tengo la culpa. no me gusta, eso sí.
pero ps ps ps ps... ps no sé, "Ya nos veremos. Te quiero".
pues sí, ya nos veremos, supongo que en la uamistad, o tal vez no. no lo sé, no pienso mucho en el asunto. no tengo mucho que decirte, no quiero decirte nada. tal vez sí hay que hablar pero no quiero hacerlo. así que tal vez cuando nos veamos no nos digamos nada. porque tampoco quiero escuchar. te quiero mucho, ya lo sabes, pero las cosas son como son y la ofendida soy yo, nadie más.
y la rencorosa soy yo. (este tema viene a colación porque encontré un escritín en la libreta de san ildefonso, de cuando esperaba y esperaba en el metro y nadie llegaba)




yo pensé que cuando volviera a mi tierra encontraría la felicidad. lo único que encontré fue que la gente es igual y a veces hasta peor.
y lo más más más pior es que aprendí a no cumplir mis promesas sin remordimientos y a justificarme por mis pendejadas.
creo que me rompí.





hoy estoy enojada, también frustrada.
yo no tengo la culpa de que las cosas siempre sean de un modo y de pronto cambien y yo me sorprenda y me enoje por la inconveniencia de ciertos asuntos.
y pues sí, yo quiero lo que quiero y cuando no me lo dan me aburro y me harto y el paso a seguir es tener tantita paciencia y ver si al menos existe la intención de dármelo y si veo que no pues entonces al diablo pero si veo que sí pues ahí me quedo un ratito y si de todos modos se empiezan a tardar pues entonces sí me desafano aunque después quieran darme lo que quería yo al principio. de esto hay casos documentados. y lo lamentable es que no me dan lo que quiero. y ni que fuera tan difícil... "¡no te cuesta nada ser perfecto!" (frase de la carnala).

y pues esto me gano por andarme metiendo en asuntos sin pensarlo o evaluar bien la situación general. porque no nada más estoy enojada. me siento excluída y hasta poco importante (sólo en el ámbito aquí tratado). así que sí, otra vez tengo el mismo problema de no agarrar la onda cuando la gente no es como yo. la verdad me siento timada, porque yo pensé las cosas con base en los hechos. y pues resulta que siempre no, que nomás durante las clases, o durante el trimestre, o yo qué sé.

que los hechos eran los hechos pero no eran la verdad verdadera, sino la verdad momentánea. y cuando digo no me he hartado, lo digo en serio. y cuando recibo el yo tampoco, me lo creo (porque te creo todo, y no te creo nada, porque así soy). pero y luego qué, las actitudes de hartazgo qué, qué significan. ¿no significan nada? ¿acaso estoy alucinando y no hay tales?

por otro lado, no hay que tomar muy en serio nada nunca, la vida no es nada seria. tal vez esto es sólo una señal de que tal vez esto no es lo que parece, o sí, o de que es lo mismo de siempre. y surge la duda, ¿cómo interpretar las señales, hay manuales para esto?

sólo sé que hay confusión y cansancio y frustración y descontento. y como postié antes, hay cosas que no se dicen.

las escribo, pues, porque no puedo evitarlo. aunque sé que las pocas personas que lo leerán, no lo entenderán, o tal vez sí, y algunas preguntarán, o tal vez no, y a otras no les importará.

y a mí realmente me importa un camote si lo leen o lo entienden o cualquier cosa.

hoy, otra vez, no me importa.

conclusión: tomaré con mucha calma estas vacaciones y haré todo lo que pensaba hacer. con o sin compañía. ambas opciones tienen sus ventajas y su propio encanto. aunque creo que lo que ocurra será lo mejor (me niego a escribir la neta del planeta por temor, así es, a perder algo que tal vez ni tengo. qué gracioso). meaning: sin extrañar nada ni a nadie en caso de alguna ausencia. porque todos sabemos cómo me repatea eso de extrañar. con calmita se puede todo.

y (como dicen los Niños Mutantes) "no llorar... intentaré reir, beberme las lágrimas" (en un cover que me encanta de Boys don't cry, de The Cure, que siento que no le hace mucha justicia a la rola original, pero de cualquier modo me-ma-ta).

lunes, julio 27, 2009

hay cosas que no se dicen

nota encontrada en la libreta de notas de San Ildefonso, sin fecha (aunque sabemos que era viernes y fue escrita en el viaje de regreso a casa, en las primeras -pero no la primera- semanas del trimestre en curso. las notas entre paréntesis, salvo el nombre de la rola y el 'persiste', no pertenecen a la nota original):

'y empezó la rola (Dreamworld, de Rilo Kiley) y pensé en irle pasando las rolas que me gustan con un "a ver, ¡máscate esta, wey!". luego me pareció bastante vulgar mi expresión y al mismo tiempo divertido (reí).

el pesero... (olía a algo que no puedo recordar. la nota dice algo como "mlillín Pepín", no sé a qué me referiría, fue hace tantas semanas que no lo recuerdo, eso y otros factores ¡!)... Y yo siento olor a baba. a saliva, como decía alguien. ALGUIEN. guácala.

Just breath.

Another "happy day". Las comillas son porque sigo leyendo de cosas como represión a periodistas. En cualquiera de sus formas.

Da miedo. Aunque (Pandita) me haga sonreír como pendeja todo el día. Da miedo.

Don't look back

Seguir con la tradición de las hamburguesas

Y la sonrisa persste (persiste). Me intimidas y no te lo diré. Me intimida tu experiencia en ciertos asuntos (laborales, por supuesto, sobre todo en nuestra área de medios de comunicación, y ejercicio "escribitivo") en los que yo soy, a grandes rasgos, NULA.

Tal vez es eso lo que me gusta más de ti (tal vez eres como Miyazaki, la película que veo es la que más me gusta). Lo que más me asusta de ti. Lo que me hace tener tanta precaución. Y no todo lo que he aprendido y vivido antes, como me digo.

Lamento poner tantas barreras ante una persona como tú. Tal vez no las mereces.

PORTER es la neta.

Hay cosas que no se dicen. Como que hoy estabas más pedo que yo y lo noté.

Como que ese wey era un pendejo y lo sigue siendo.'

¡que a veces sí soy cursi!

Unos bonitos versitos cursilones de la revista Actual, de un poema que se llama "Recuerdos del pensamiento".

Si me preguntas qué busco
te diré con toda el alma,
voy buscando en tu mirada
la luz que alumbre el camino
para andar cada mañana.
...
Es tu risa aquella espada que victoriosa sonríe
al vencer aquella pena que nos deja cada día.
...
¿Dónde estás que no te veo?
¿dónde quieres que te busque?
sólo recuerdos dejaste
el día que tú te fuiste.


Pedro Gil Cutillas

domingo, julio 26, 2009

triste (con final tipo "y ya")

No supo qué hacer, no podía moverse. Se quedó parado ahí, en la entrada del motel, hasta que comenzó a llover. La lluvia lo puso infinitamente triste pero por alguna razón también le dio fuerzas para alejarse del lugar y llegar a su casa. Se acostó en la cama, dejó que su perro subiera y se echara junto a él, lo abrazó y lloró toda la noche, hasta que se quedó sin lágrimas y por el cansancio se cayó dormido.

Al día siguiente desayunó y se bañó. Se puso unos pantalones de mezclilla gastados y una camiseta negra y miró en el espejo sus ojos hinchados por el llanto de la noche anterior. Decidió dejar de pensar en ella, seguir con su vida sin recordarla, hacer como si nada hubiera pasado. No era posible que después de sólo una noche se instalara como si nada en su cabeza. Tomó las llaves de su auto y salió.

Llegó a la universidad y dio su conferencia. Cuando terminó lo ovacionaron de pie, durante varios minutos. Se sintió menos triste al darse cuenta de que estos chicos de universidad pública sí lo escuchaban y hasta lo apreciaban.

Salió de la sala y saludó de mano a varios estudiantes que alabaron su obra y emocionados le pedían autógrafos. Firmó libros y recibió los teléfonos de varias jovencitas atrevidas que le dirigían miradas coquetas. Pero él seguía triste, pensando en ella.

De pronto lo decidió. Como pudo se desafanó de la situación y corrió a su auto. Manejó hasta la calle donde estaba el bar, pero estaba cerrado. Era demasiado temprano. Al lado del bar vio una cocina económica, y entró para tomar algo. Sin pensarlo pidió unas enchiladas y preguntó a qué hora abrían el bar. –Uy, no, joven. Nomás lo abren los miércoles y los viernes-.

-Maldita sea –dijo en voz muy alta, para su propia sorpresa. Era jueves. Resignado, comió con gusto las enchiladas, bastante picosas, y se fue a su casa. Llegó y se acostó, pero no pudo dormir, estaba demasiado ansioso. De pronto sonó el teléfono. No podía ser ella, pero contestó deseando que así fuera. Se disculpó con su editor, al que había dejado plantado, inventando que había tenido un pequeño accidente. La verdad por pensar en ella no se había acordado siquiera de sus compromisos. No le importó, siguió acostado ahí mirando la ventana que tenía enfrente, recordando a la mujer que había conocido el día anterior.

En la madrugada se quedó dormido sin darse cuenta. Cuando despertó recordó que el mesero no respondió a qué hora abrían. Se dio una ducha express y antes de salir despavorido llenó los platones del perro con agua y croquetas.

Cuando llegó, el bar ya estaba abierto. Entró. Un tipo que parecía un ropero barría y bajaba las sillas de las mesas. Ella no estaba, de hecho, era el primero en entrar. Se sentó en una de las mesas desde donde se podía ver la barra, por si llegaba.

Y así fue: un par de horas después, cruzó la entrada. Intercambió algunas palabras con el tipo que antes barría, y se dirigió a la barra, para sentarse en el mismo lugar en que la vio por primera vez.

Se acercó con cautela, sin que ella se diera cuenta. Se sentó a su lado y pidió una cerveza. No tuvo el valor de hablarle. Se quedó ahí, triste, mirándola por el reflejo del espejo que tenían delante, pensando en algo inteligente qué decirle. Ella, con la mirada perdida en el vaso, igual que antes, dijo: -¿No recuerdas lo que dije? –y con tono tenso, aún sin mirarlo, frunciendo el ceño, agregó: -¡Te pedí que no vinieras! ¿Qué chingados quieres?

-Lo siento, no pude evitarlo… es que… no puedo dejar de pensar en ti…

-No chingues, pero si me conociste el miércoles. Apenas es viernes y ya resulta que no puedes vivir sin mi tristeza. Carajo, pinches hombres. ¿Qué quieres? ¿Ir al motel? Porque la neta no tengo ganas de coger hoy, búscate otra, aunque no esté tan triste, aquí hay un chingo. Además no estás tan feo como para no conseguir algo decente.

-Chale… no es eso… yo… no es que no pueda vivir sin ti, yo no dije eso. -Con más seguridad, siguió: -No, definitivamente no es eso. Claro que puedo vivir sin ti. Sólo no quiero hacerlo. Quiero saber tu nombre, conocerte, saber tu color favorito, la música que escuchas, de dónde vienes, a dónde vas, por qué eres así… ¿Qué te ocurre? ¿Alguien te lastimó?

-Qué te importa, déjame en paz.

-No, en serio, no me voy a ir sin ti. Esto es real. Habla conmigo, soy una persona de fiar.

Ella rió tan estrepitosamente que los voltearon a ver: -De fiar, sí cómo no, no seas ridículo. No me vas a hacer pendeja. Seguro con esa lengua engañas a muchas mujeres, pero a mí no. Además, aunque te creyera, luego no sabrías qué hacer conmigo.

-Eso no lo puedes saber. Yo sé que tal vez si nos conocemos nos daremos cuenta de que no somos lo que esperamos. Pero quiero averiguarlo. Quiero saber, quiero…

-¿Qué, qué quieres? A ver, cámara, me voy contigo. –dijo mientras se levantaba. -¿A dónde?

Él, sin dudarlo, se levantó de la silla, la tomó del brazo y la condujo a la salida. El hombre grande como ropero los interceptó. – ¿A dónde, Chabela?

-No te preocupes, Poncho, voy a dar una vuelta, seguro que en un rato regreso.

-Cámara, cualquier cosa me llamas. Y tú, cabrón, más te vale que la cuides, o te las verás conmigo, y con unos cuates, además.

Emiliano miró y escuchó todo como si no estuviera ahí. Tenía miedo. ¿En qué se estaría metiendo?

La condujo al auto y la llevó a su casa. Entraron y los recibió ladrando el perro.

-Cállate, pinche Lino, ella es Isabel, no le ladres.

Isabel reía, divertida con el perro inmenso que no dejaba de gruñirle cuando no ladraba. –Pasa, siéntate. ¿Quieres una copa?

-No, gracias, mejor agua. ¿Cuál es tu plan? ¿Qué vamos a hacer?

-La verdad no lo sé. Es temprano, ¿quieres salir?... ¿Quieres ir al cine?... O… ¿por un café?... ¿A bailar?... ¿Qué te gusta?... ¿Qué haces los viernes?... ¿Qué quieres hacer?

-Los viernes voy al bar. Ahí me quedo hasta que Poncho me da un aventón a mi casa. No está tan lejos, por si me harto de ti, o de tu perro. Pero pues… no sé, podemos quedarnos aquí, la verdad no tengo ganas de estar en ningún sitio ni hacer absolutamente nada. ¿Puedo acostarme en tu cama?

-Claro, ¿necesitas algo? ¿Quieres que te preste algo más cómodo para estar acostada? ¿Una playera o algo?

Ella asintió. Emiliano se levantó para llevarla a la habitación, indicándole en el camino dónde estaba todo lo demás. Le dio una camiseta negra de monstruitos, con letras grandes que decían: Iron Maiden. –¿Te gusta el metal? –preguntó ella. Sonrió, -a mí también.

-¿Me puedo acostar contigo?

-Claro, es tu casa, y estoy en ella. Puedes hacer absolutamente lo que quieras conmigo. Aunque preferiría que sólo me abrazaras.

Se quedaron acostados el resto de la tarde, callados, mirándose de vez en cuando; al anochecer durmieron, y al día siguiente, cuando Emiliano despertó, ella ya no estaba.

La buscó por toda la casa, salió y gritó su nombre. Miró aterrado el garaje vacío. Había robado su auto y se había largado. Pero no podía pensar mal de ella. No podía insultarla. Sólo se puso otra vez muy triste. Entró a la casa y se recostó en el sillón; Lino se acercó y le lamió la cara, mojada y salada; unos segundos después corrió como poseído hacia la puerta y comenzó a ladrar frenéticamente.

Escucharon el ruido de un auto estacionándose y Emiliano temió lo peor, que los amigos de Isabel vinieran a madreárselo. Pero no. Era ella, con una maleta. –Perdón, estabas tan dormido que no quise despertarte. Pero necesitaba unas cosas de mi casa. Ahora sí soy toda tuya. Me voy a quedar aquí hasta que te hartes de mí y me corras.

La abrazó y siguió llorando. Isabel no supo qué hacer al principio. Sonrió, lo abrazó y lo besó y le secó las lágrimas. Lentamente le quitó la ropa y lo condujo a la habitación, donde también se desnudó. Emiliano seguía llorando. Ella, desconcertada, se acostó sobre él y comenzó a llorar y a hablar. Habló hasta que se quedó afónica, contándole todo su pasado.

Llorando los dos se abrazaron y se quedaron dormidos. Y vivieron tristes y juntos para siempre. Hasta que Emiliano se murió y ella se tuvo que quedar con el perro.

Triste (primera parte)

Estaba tan triste...

Era eso, en buena medida, la razón por la que Emiliano la amaba tanto.

La conoció en un bar. Ella tomaba una copa, sola, en la barra. Cabizbaja, con la mirada perdida en el vaso. Desde el momento en que la vio así, sin saber por qué, quiso cogérsela. La deseó tanto que hizo esfuerzos sobrehumanos para sacarle un poco de conversación, y pagó toda la noche lo poco que bebía. Porque ella estaba ahí, triste, todo el tiempo con un vaso o una copa en la mano, pero disfrutando cada líquido como si fuera el último, paladeando cada mililitro como si cada uno le gustara más que el anterior. Bebiendo lento. Porque estaba verdaderamente triste.

Cansada y triste se dejó convencer para abandonar el bar e ir al motel más cercano, a una cuadra de ahí. Tal vez por estar tan triste dejó que la desnudara tan rápido y sin llegar a la cama la manoseara violentamente, y hasta disfrutó cuando por fin la tiró en la cama y la penetró sin ningún preámbulo. Todo el tiempo miró el ventilador del techo de la habitación, hasta que Emiliano dejó de moverse sobre ella.

Pero entonces él cometió un error. -¿Cómo te llamas?- le preguntó sin sospechar siquiera las consecuencias.

Ella aún miraba el ventilador dar vueltas, hipnotizante. Volteó la cara y lo miró acongojada; le dijo, con el tono más dulce: -Eso no importa.

-¿Cómo no va a importar? Yo me llamo Emiliano, soy profesor de literatura.

-Si me interesara saber algo de ti lo hubiera preguntado en el bar, ¿no te parece? ¿Crees que tu sonrisita estúpida y tu conversación fluida me importan en lo más mínimo? Lo mejor que puedes hacer es largarte de aquí en este momento.

-¿Pero qué te pasa, estás loca? ¿Por qué me hablas así? ¿Hice algo mal? ¿Te ofendí de algún modo? ¿Acaso el sexo fue tan malo?

-Chingada madre, nada les parece-. Su expresión melancólica había desaparecido, sustituída ahora por cólera. Volteó hacia la orilla de la cama, suspiró y, después de meditarlo un momento, se levantó desnuda y fue hacia el baño. –Cuando salga quiero que te hayas marchado. No quiero volver a verte. Ni se te ocurra volver al bar jamás. Es MI lugar, ¿entendiste? –Sin esperar respuesta entró al baño y cerró de un portazo.

Emiliano la miró boquiabierto, congelado por su frialdad. Se levantó de la cama y se vistió lo más rápido que pudo. Tomó su saco, comprobó que su cartera seguía ahí, y salió de la habitación.

martes, julio 07, 2009

videos tramposos

a un sólo clic, los videos que les platiqué, donde se hace uso de la imagen de la UAM para "ilustrar" el consumo de drogas en las universidades públicas:

el primero.

el segundo.

domingo, julio 05, 2009

yo también temo parálisis facial por sonreír en exceso, pero bueno... este fin de semana no lo hice tanto, por diversas razones

entre ellas, el estúpido proceso electoral. siento una terrible angustia similar a la que se siente antes de un examen que no he preparado, así, como si no hubiera estudiado. y me da mucho coraje que la gente vaya y vote en blanco, porque así no se cambiará nada, no castigamos a nadie, sólo le facilitamos el trabajo a los malditos que tienen y seguirán teniendo el poder. ¡guácala!

además mi madre estuvo fastidiando desde que llegó con que arregle el caos de mi cuarto. y ps chale, la neta estoy muy muy muy cansada como para mover un dedo. aún así, va quedando decente. y pues también está del nabo que tenga que venir mi mamá para que me ponga a arreglar mi cuarto, como si fuera yo una niña chiquita que no puede hacer las cosas que tiene que hacer si no se lo ordenan, ¡carajo!

pero todo esto hubiera sido mucho menos desagradable con más noticias de mi pandita, pero no

así que ya basta de cursilerías, que sigo de malas y eso indica que algo no anda bien

ya basta

ya basta de cursilerías, ¿no?



la semana pasada se utilizó de manera tramposa una imagen de uno de los espacios de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco: el (para los estudiantes de esta unidad) famoso Jardín Zapata, donde se encontraban algunos de mis compañeros de grupo. esta imagen la utiliza el noticiero Hechos Meridiano para desacreditar a las universidades públicas. jamás se menciona que la imagen es de la UAM, aunque nosotros podemos reconocerla fácilmente.


el asunto lo llevamos hasta el Consejo Académico, y lamentablemente el rector de la unidad respondió de manera deplorable, dándole vueltas al asunto y dándonos a entender que no contaremos con su apoyo.


salí de ahí asqueada por la respuesta del rector, pero también me dio mucho gusto escuchar opiniones de valiosos miembros del Consejo, que entendieron la gravedad y el alcance del asunto, y que hicieron posible que escucháramos todos las intervenciones de tres personas ajenas al Consejo, entre ellos mi profesor del módulo, de la parte de teoría.


la grabación del seudo reportero que entró a la unidad sin el permiso de nadie y que, con la ayuda de un actor, creó una situación falsa para después manipular a la audiencia, muestra los extremos a los que llegan personas que se olvidan de la esencia del periodismo, de la veracidad, objetividad, que deben caracterizar a un comunicador. buscando una "noticia" que venda, es capaz de manipular la información para además legitimizar las acciones del autoritario gobierno, que se dedica a sabotear a las escasas personas o instituciones que trabajan para intentar cambiar la situación del país. es muy triste además escuchar que esa persona es egresada de nuestra Casa Abierta al Tiempo. lástima, al parecer no aprendió nada.

esta clase de productos falsificados pueden ser utilizadas por los que tienen el poder para desmantelar las universidades públicas. esto se puede hacer simplemente desde el recorte de presupuestos. Es lamentable que el presidente de México, así como algunos otros personajes que encabezan nuestro gobierno, vivan pensando cómo fastidiar lo poco bueno que hay en este país, los pocos avances que conseguimos en materia científica, tecnológica, las aportaciones a las ciencias sociales, y en general todo lo que logran las universidades públicas.


ya veremos mañana qué platicamos con nuestro profesor...