LA GRACIOSA HUIDA
Siempre huyo. De las/os sujetillas/os o de las conversaciones o de cualquier escenario que no me guste o me empiece a incomodar o simplemente me aburra. Pero hay una de la cual sí debería escapar. Porque lastima. Y sí, todos sabemos que soy masoquista pero esto ya es el COLMO!!!
Resulta que mi cumpleaños me deprime. No sé si seré la única (lo dudo) pero el asunto es que siento que no mamen ya pasó otro año y yo sigo sin hacer nada. Siento que en algún sitio debe estar lo que quiero pero no lo encuentro. Y lo peor del asunto es que ni siquiera lo estoy buscando. Porque me siento tan de hueva que no mames, pa qué me muevo. Así que en mi cumple necesito que al menos mis personas más queridas y cercanas me hagan saber que están ahí, de una u otra forma. Así siento que pues miserable pero querida.
Este lunes fue mi cumpleaños número 21 y dos de mis hombres más queridos no mostraron ni sus luces. Uno es mi mejor amigo (asegún), que dijo que saliendo del trabajo vendría. Mi hermana y yo nos fuimos al cine y pasamos toda la tarde ahí, y ni un mensajito de dónde andan o qué pedo. Volvimos a casa en la noche y ni una llamada de él. Nos sorprendió mucho y sacó de onda y todo eso. Al día siguiente me llama y ni me felicita (claro, yo estaba con el tono cortante y mal pedo correspondiente) y pues terminé ahora encabronada. Al día siguiente me volvió a llamar y ya se arregló más o menos el asunto pero qué chingaderas.
Total que el ostro es mi ex. Y la verdad estuve todo el día esperando alguna señal de vida, y qué bueno que estaba sentada porque si no me hubiera cansado. El martes me llama al celular (pero si ya sabe que nunca contesto llamadas de larga distancia porque me cobran!!!). Obviamente no le respondí. Llamó entonces a mi hogar y nomás vi en el identificador de llamadas su numerito. Cuando se cansó pues colgó y me escribió un mensaje todo chaquis de que se le había pasado y que se acababa de dar cuenta de que ya era 5 y no se qué. Y por primera vez mantuve mi autopromesa de no responderle. Pero el jueves me conecté al menssenger y que me habla. Y me dije no le respondas no le respondas. Y cuando me di cuenta ya se había ido. Dije a huevo, así no me siento culpable ni nada parecido. Pero que vuelve a entrar y me escribe de nuevo. Y, para variar y no perder la costumbre (que por cierto estoy hasta la madre de usar esa pinche frasecita ridícula...) no seguí mis instrucciones y le respondí.
Debo aclarar que yo ya ni lo quería ver ni saber de él porque siempre hace eso aunque sepa que me importan las cosas. Y ya había decidido llevar a cabo la operación fuga. Bueno, ya estaba casi decidida. Pero, que me dice precisamente eso, de las cosas que me importan, que él la caga siempre y que se siente mal al respecto. ¡Soc! Y que me caigo de mi transpobre de huida. Mta. Y que se lo digo y entonces discutimos un rato acerca de nuestra situación actual y resulta que ahora va a venir hasta acá para que hablemos bien. Chas chas chas. Y ahora qué nos vamos a decir. Ja. Porque todo lo que alguna vez pude haberle reprochado, me dije a mí misma en ese momento no, ni pedo, ya sabes que así es él y así lo quieres y son mamadas pero te aguantas y ya olvídalo. Y neta lo olvido. Así que cuando se salió del menssenger me puse a pensar en chinga qué demonios le voy a decir cuando venga y me encuentro con una pared blanca de esas que te recuerdan un manicomio y demonios, debí simplemente huir pero a ver qué pasa.
2 chismosos:
Ya deberíamos exigir en serio nuestros derechos como cumpleañeras, y organizar algo fantástico que nos haga felices, sin tener que tomar en cuenta el hecho de que unos changos irresponsables le den importancia a algo tan significativo para nosotras, o no... ¿Qué te parece si lo vamos planeando? Abrazo de postcumpleaños te mando, nena.
jejeje, me late, me late. Finalmente nos la pasamos chido ese día y el del festejo, no? Tampoco es así como que ay no, sin ellos no! ¡NO MÁS!
Publicar un comentario