No quiero crecer, nonononono

Pues que la vida es reterarita y da sus vueltas sin avisar y es recagada. Resulta que para empezar, el sábado fui a una reunión en la casa de mi tíAmarilla. Familiares de ella y de su Álex. Así que me senté en un rincón con mi mami a comer ricas chalupitas y pollito en mixiote, con una rica chelita bien elodia, y mientras estaba feliz disfrutando la atascadera, soc!, que me cae el 20.

Que me doy cuenta, chas! Antes yo formaba parte del grupito de pinches escuincles castrosos que gritan y corren y juegan y hacen su escándalo y nadie pela más que ellos mismos y ahora... ahora... chas!... ahora soy ADULTA!!! Me vi rodeada de gente que platicaba de sus hijos y cosas de “gente madura” (no especifico porque la neta qué hueva) y pues fue todo un chock para mi delicada persona. Y lo peor de todo fue que me divertí! Disfruté sus conversaciones nooooooo!!! Estoy envejeciendo. Además todos ya son bien grandes, los que antes veía como niñitos ya están yendo a la secundaria! Demoooonios.

Pero no fue suficiente. El domingo, Víc me invitó a comer barbacoa. Yo supuse que iría su familia, la novia del Ger, y yo. Pues qué equivocada estaba. Fuimos los ya mencionados, y el tío Javier, la tía Pina, la abuelita, y los primos: Daniel (con novia), Israel, Alejandra, Jaime, y creo que ya.

Alejandra ya es una niñota y Jaime, Jaimito, el peque, el niñito pequeñito que decía “amaye” cuando sus primos le hacían alguna travesura, que salió ileso de una caída del primer piso y nos asustó a todos y era penoso y nunca nos saludaba a la Poison ni a mí, ese casi bebé!... pues no, ya creció. Ya es todo un niño de 5 años que va a la escuela y habla con todo el mundo. Otro chock para mi colección. Me sentí súper anciana cuando lo vi.

Después de la barbacoa nos fuimos a la casa de la abuelita y ahí estuvimos cheleando un poco con Javier, y platicando. Y cuál no sería mi sorpresa... jaja... que me divertí como enana. Ja, con la familia de Víc, jaja, ahora que ya no andamos, jaja, qué recagada es la vida! Y ya, que me la pasé rechidín con esas personas con las que antes hasta incómoda me sentía, y que piensan todo el tiempo que me estoy aburriendo o que sufro o que simplemente soy indiferente. Con los adultos!

Pero yo siempre seré niña y qué. Y mi niña en mí se tomó muchas fotos con Jaime, que antes ni se me acercaba, y lo dejó hacerle calzón chino a mi celular con su fundita de bruja y jugar con mi dragoncito verde, y platicó con él de su escuela. Jeje.

Y estoy contenta pero qué horror seguir creciendo!!! Ni modo, a disfrutar las ventajas...